Los imperialistas siempre han sido maestros en eso de rotular a su oposición. Han sido más exitosos en rotularlos que en derrotarlos a veces. Al Frente de Liberación Nacional, la oposición en Vietnam del Sur, todos lo llamaban en "Viet Cong" o "VC." Y aún ahora, hasta el día de hoy, se los llama así. Pocos saben que "Viet Cong" fue un rótulo inventado por Everest Bumgardner, un oficial de guerra psicológica del ejército de EEUU en 1956 para desacreditar a la oposición, el cual posteriormente fue "vendido" a la prensa. Ellos nunca lograron vencer al VC, pero el nombre se conservó.
Personalmente creo que la expresión "revolucionario moderado" es un oxímoron, un absurdo, y nunca he escuchado que los thuwar se lo apliquen a si mismos, aunque se emplee casi universalmente por los medios burgueses y por la Izquierda Imperial para definir a los que podrían ser dignos de apoyo en el conflicto sirio. Como yo decía en "bombas de barril," ellos no les están haciendo ningún favor a los revolucionarios sirios al rotularlos de "moderados", ya que ese solo término llevará a los que exigen cambios a volverse hacia los "radicales," siendo estos definidos por los comentaristas burgueses, e irónicamente también por los "anti-imperialistas", exclusivamente como los radicales de la extrema derecha del Islam.
En términos históricos y prácticos, los "rebeldes moderados" han sido definidos por los imperialistas como aquellos de entre los que combaten al régimen de Assad que ellos han examinado y hallado aceptables bajo sus criterios cualesquiera-menos-revolucionarios. Más recientemente, los imperialistas han actualizado su definición de "rebeldes moderados" para abarcar a aquellos que están más interesados en combatir a ISIS que en combatir a Assad. Se hace así aún más misteriosa la razón por la que el término recibe un uso tan universal y tan poco crítico por parte de amplios sectores de izquierda.
La Revolución Siria enfrenta hoy la doble tarea de derrocar al régimen de Assad y de arrebatarle a Daesh las áreas que ocupa y que previamente habían sido liberadas. A todos los que estuvieran dispuestos a unirse a esta lucha, yo los denominaría la coalición revolucionaria. Otros observadores aplicarían unas pruebas religiosas y exigirían que los "rebeldes moderados" también fueran seculares, o al menos "musulmanes moderados," como quiera que definan estas cualidades.
Rev. M.L. King, Jr. |
Malcolm X |
Lo hacen en pos del argumento de que hoy día en Siria las únicas fuerzas realmente substanciales serían el régimen de Assad y los yihadistas, donde el término "yihadistas" en este caso se refiere al término peyorativo creado por los imperialistas, no al concepto como lo entienden los musulmanes. Siendo ese el caso, Assad, el carnicero, pasa a ser el mal menor y la "opción progresista." La maravillosa simplicidad de esta posición quedó expresada hace poco por Patrick McCann en una carta recientemente posteada en las listas de Veterans for Peace:
Queridos amigos,Quisiera dejar de lado la noción, impulsada por los medios, de que, aunque Assad haya estado decapitando niñas pequeñas desde 2012 y haya sido responsable del 95% de las víctimas civiles, sería Daesh la tendencia bárbara. Ya me he referido en otro lugar a la idea risible de que el régimen de Assad, que ha jugado un rol tan instrumental en el surgimiento de ISIS, deba ser visto como aliado en la lucha ISIS. Aquí quiero referirme a la noción de que ya no existiría ninguna "oposición moderada" en Siria, en la que se codifica la tesis de que ninguno de los grupos o las gentes que combaten en contra de Assad merecerían recibir apoyo.
he estado averiguando sobre Siria en el último par de meses, tratando de orientarme en base a investigaciones, en lugar de narrativas 'a priori'. Aún no logro encontrar una expresión orgánica de los rebeldes sirios 'moderados' .
...
¿A qué nos lleva todo esto? A mi me lleva a apoyar (con reticencias) al gobierno actual de Bashar Al-Assad. Es la tendencia bárbara (Al Nusra, Daesh/ISIL, etc.) la que representa el peligro número uno ahora.
Primero, en cuanto a la cuestión de la existencia de esa "expresión orgánica de los rebeldes sirios 'moderados'" que Patrick McCann no logra hallar, Charles Lister, alguien que "ha pasado los últimos dos años coordinando un proceso intenso de interacción cara a cara con los dirigentes de más de 100 grupos armados sirios de oposición" ha escrito un importante nuevo texto en The Spectator, el 27 de noviembre de 2015, en el que revienta el mito de que no existiría "oposición moderada" en Siria:
En su mayor parte, este artículo substancial de Lister trata de un desglose detallado de los numerosos grupos que conforman esta oposición moderada, el número de sus combatientes, sus áreas de operación, etc. Se trata de información importante y recomiendo leer el artículo completo, pero para mis propósitos acá nos saltaremos esos detalles e iremos derecho a su conclusión:Si, hay 70000 combatientes de oposición moderada en Siria. He aquí lo que sabemos sobre estos.
Ayer, David Cameron le dijo al Parlamento que existen ‘alrededor de 70000 combatientes sirios de oposición en terreno que no pertenecen a grupos extremistas’ y que podrían ayudar a enfrentar al Estado Islámico.
La cifra dada por el Primer Ministro fue el resultado de una evaluación interna hecha por el Joint Intelligence Committee (Comité Conjunto de Inteligencia, JIC), con el respaldo de diplomáticos británicos en servicio activo en el exterior, cuya misión tiene como foco la oposición siria. A muchos, una cifra tan alta les pareció una exageración política. El presidente del Comité de Defensa, Julian Lewis, dijo que estaba ‘extremadamente sorprendido’. Es posible que el líder laborista Jeremy Corbyn ingrese una demanda formal de aclaración. ¿Entonces, acaso existen esos combatientes y quiénes son?
...
Habiendo estudiado a la oposición armada de Siria desde los primeros meses del levantamiento en ese país a mediados de 2011, puedo decir con certeza que el Primer Ministro y el JIC están más o menos en lo cierto. Más...
Si occidente hubiera intervenido en Siria con más decisión al principio, sin duda tendríamos una oposición más moderada, más coherente y más naturalmente dispuesta a actuar como nuestros aliados, con la cual trabajar. Desafortunadamente las cosas se fueron por otro lado. Nuestra posterior obsesión con los extremistas y nuestra negativa a abordar la complejidad de Siria han nublado nuestra visión. Una oposición 'moderada' en términos culturales sí existe en Siria, sólo necesitamos abrir nuestros ojos para verla. Sólo estos grupos – y por cierto no Assad – podrán asegurar que los reales extremistas, tales como ISIL y Al-Qaeda a la postre pierdan su control sobre el poder en Siria.Los grupos de combate en Siria han sido bastante fluidos y al evaluar a las fuerzas revolucionarias en Siria deberemos mirar mucho más allá de las agrupaciones políticas y militares actuales y de lo que sus dirigentes dicen acerca de si mismos. Si queremos llegar a comprender a quiénes se les podría ganar para la lucha por un futuro democrático y revolucionario en Siria, debemos tratar de entender a los combatientes individuales y sus motivaciones, aún en el caso de los grupos más retrógrados.
Esta lucha se ha estado desarrollando durante cuatro años y en este período los combatientes individuales han entrado a y salido de las luchas, han entrado a Siria y salido del país, se han hecho parte y han salido de una variedad de organizaciones. Cuales son esas organizaciones, es una cuestión determinada por las condiciones prácticas en terreno, como por ejemplo quién tiene municiones, quién puede pagar y, lo más importante, quién está consiguiendo victorias. La ideología podrá ser el criterio definitivo al evaluar a los distintos grupos desde lejos, pero en la instancia práctica de la batalla no es lo más central ni el principal criterio. El caso de Eric Harroun, el ex soldado raso del ejército norteamericano que comenté en "bombas de barril", es un buen ejemplo. Empezó luchando en las filas del Ejército Libre Sirio pero terminó combatiendo junto a al Nusra. Todas sus razones tenían que ver con las condiciones del campo de batalla en la lucha contra en régimen de Assad, y nada que ver con el Islam o con califato alguno. Esta pieza en el New Yorker relata esa historia:
Los combatientes partieron en un convoy de camionetas. En el camino se les unió otra brigada rebelde. A Harroun le dieron la impresión de ser más profesionales que los hombres de Abu Kamel. Viajaban en vehículos con banderas negras.Era tan simple como eso. Incluso entre los elementos duros de al Nusra, que combate al régimen, y de Daesh, que colabora con el mismo, el soldado yihadista raso promedio no es más probable que sea un extremista islámico de convicciones profundas que el que un soldado raso de un ejército imperialista sea un capitalista monopólico. Ninguno de los dos es nuestro enemigo.
Dejémosle a un escritor de una escuela de teología, Alireza Coostdar, la tarea de advertirnos acerca del peligro de tomar demasiado en serio la religión en el análisis de ISIS. Su texto Cómo no entender a ISIS, del 2 de octubre de 2014, también merece una lectura completa. Pero me adelanto hasta la sección sobre la que quisiera llamar la atención del lector aquí:
La información acerca de los militantes que luchan por ISIS es igualmente escasa. La mayor parte de lo que sabemos se ha obtenido de videos de reclutamiento y propaganda, que no son las fuentes más confiables. Hay poco sobre los orígenes y las motivaciones de los que eligen unirse al grupo, y menos aún sobre los reclutas no occidentales que forman el grueso de la fuerza de combate de ISIS. Ante la ausencia de esta información, resulta difícil incluso decir qué es ISIS, si queremos basarnos en cualquier cosa que vaya más allá de las auto representaciones del grupo.Nos advierte que no supongamos que entendemos a los elementos rasos de estos grupos sobre la base de lo que dicen sus dirigentes:
En primer lugar, no comprendemos bien las motivaciones de los que luchan por o junto a ISIS, de modo que suponemos que lo hacen motivados por el salafismo y el deseo de vivir bajo un califato. La información que tenemos proviene casi por completo de la propaganda de ISIS y de unos videos de reclutamiento, de unas pocas entrevistas y de las noticias ocasionales sobre algún combatiente extranjero muerto en batalla o detenido antes de llegar a su destino.
Si pusiéramos el foco en las declaraciones doctrinarias, esto nos llevaría a un concepto homogéneo de toda la fuerza militar de ISIS compuesta por luchadores motivados por una forma austera y virulenta del Islam Salafista. Así es como ISIS quiere que veamos las cosas y esta es muchas veces el punto de vista propagado por los principales medios de comunicación.
Por ejemplo, CNN hace poco citaba al ex asesor iraquí de seguridad nacional Muwaffaq al-Ruba‘i diciendo que en Mosul ISIS estaba reclutando a “jóvenes iraquíes de sólo 8 y 9 años de edad con AK-47s… y lavándoles el cerebro con esta ideología malvada.” A un portavoz del Pentágono se lo cita en la misma historia como diciendo que los EEUU no tenían intenciones de “simplemente… degradar y destruir… a los 20000 o 30000 (combatientes de ISIS )... Se trata de destruir su ideología” [6].
El problema de estas declaraciones es que parecen partir de la base de que ISIS es un fenómeno que es causa de si mismo y que se ha materializado de repente a partir de una etérea doctrina del mal. Pero ISIS surgió del fuego de la guerra, de la ocupación, el asesinato, la tortura y la privación de derechos. No necesitó vender su doctrina para ganar adeptos. Requirió, ante todo, probarse como fuerza eficaz en contra de sus enemigos.
Revolucionario tunecino con "Che" en 2011. Túnez ha enviado el contingente más grande de combatientes a Siria. |
Ha sido esta perspectiva occidental de que el salafismo es el comienzo, el centro y el final en la evaluación de estos grupos, la que les ha llevado a meter en un mismo saco a Daesh y a al Nusra . Daesh tiene dirigentes iraquíes, se compone mayoritariamente de extranjeros y colabora con el régimen de Assad. Al Nusra tiene dirigentes sirios, se compone mayoritariamente de sirios y colabora con otros grupos de oposición en el combate tanto contra el régimen de Assad como contra Daesh. Desde el punto de vista de la revolución, lo que separa a los dos es mucho más importante que lo que les une. Desde el punto de vista de la Izquierda, las interrogantes claves deberían ser 1) ¿pueden ser ganados para la revolución sus adherentes rasos? y 2) si es así, ¿cómo? Coostdar continúa:
Gran parte de los luchadores de ISIS en Siria (tal como en Iraq) son de hecho extranjeros, pero en su mayoría son reclutas locales. El énfasis en la visión del mundo salafista de ISIS ha tendido a oscurecer los muchos malestares que pueden motivar a los combatientes a unirse a un grupo extremista cada vez más eficiente que promete vencer a sus opresores. ¿Acaso necesitan “convertirse” a la cosmovisión de ISIS para luchar con o para ellos? ¿Acaso necesitan aspirar a un califato, como lo hacen los dirigentes de ISIS, para unir sus fuerzas con ellos? Estas interrogantes nunca se plantean y se recurre a “creencias” simplemente para llenar el vacío en las explicaciones.Los imperialistas, ya sean del campo estadounidense o del campo ruso, han dejado muy en claro que su estrategia consiste en destruir a ISIS con ataques aéreos. Su intención no es simplemente la de neutralizar a la dirigencia con unos pocos golpes certeros, sino que esperan diezmar a los combatientes rasos con ataques masivos. Claramente fracasarán en ello, ya que cada nuevo ataque aéreo creará un mayor número de potenciales reclutas para ISIS que lo que matará. Esta película ya la hemos visto traducida a muchos idiomas.
En segundo lugar, el rompecabezas de los combatientes foráneos resulta no menos oscurecido por el excesivo énfasis en el encanto que se supone que ejerce el salafismo. Aquí, nuevamente, la tendencia es hacer caso omiso de cualquier motivación, excepto de la llamada primordial del yihadista salafista que convence a los conversos de la verdad del Islam y de su responsabilidad de hacer la guerra en defensa de la comunidad islámica. En el caso de ISIS, la aspiración de crear un califato se agrega a la ecuación. Los combatientes extranjeros deben unirse a ISIS, se nos dice, porque desean vivir en una prístina utopía musulmana.
Algunos analistas se abren a la posibilidad de que el converso yihadista sufra de una condición de inestabilidad mental, un privilegio que usualmente se reserva a los asesinos en masa blancos y no musulmanes. Pero rara vez consideran que pueda haber sensibilidades y motivaciones distintas de o además de una mera adhesión al Islam Salafí o un deseo de vivir en un estado utópico pudiera ser la guía de sus decisiones.
Por ejemplo, ¿podría acaso ser que un espíritu de compasión por los seres humanos que sufren o de deber altruista — sensibilidades que son muy apreciadas y cultivadas en la sociedad norteamericana [9] — haya prefigurado su receptividad al llamado a las armas para ayudar a gentes que consideran oprimidas?
Los imperialistas saben que los militantes que conforman las tropas rasas de al Nusra y de Daesha han ido ya demasiado lejos como para poder ser reinsertados en la grilla imperialista, de modo que no tienen problema alguno en asesinarlos por ser yihadistas. Pueden, sin embargo, ser ganados para compartir una visión alternativa de cambio. Sólo la Izquierda podrá derrotar a Daesh, ganándose a sus integrantes rasos y a sus potenciales reclutas para una visión progresista de revolución. Pero eso no se puede llevar a cabo con la Izquierda Imperial que tenemos hoy día. Antes de que esto pueda suceder, la Izquierda debe sacar la basura y reconstituirse a si misma.
Posteado by Clay Claiborne traducido por Ralph Apel
Lunes, 30 de noviembre de 2015
Ver también:
"¿Y qué hay de las bombas de barril que matan a miles?"
¿Cui bono? ¿Quién se beneficia con los ataques de París?
La Izquierda Imperial:¡al cabo de años, la misma cantinela!
¡Siria es la Comuna de París del Siglo XXI!
No comments:
Post a Comment